Que lamentable es muchas veces
escuchar personas decir: si estuviera vivo mi ser querido, me gustaría
abrazarlo, besarlo, decirle tantas cosas y darle tantos detalles. Esto siempre
da mucho pesar el escucharlo decir y a la vez puede ayudar a reflexionar también.
Es lamentable el pensar que un ser tan amado en la vida puede un día
desaparecer de nuestro lado, sin embargo mientras vive a nuestro alrededor no
recibe esa atención. Pasa desapercibido, no se le dice cuanto se les ama, no se
le abraza y besa como debería de ser. Mientras hay vida se dice, se hace y se
demuestra lo que se siente porque cuando llega el momento de la separación física
ya no hay vuelta atrás, ya no existe él hubiera. Jamás menosprecies a nadie más
cuando es un ser amado que ha dado todo por ti. Uno de los mandamientos más
importantes se resume en el amor, en amar a tu prójimo como a ti mismo sin
importar cuál sea la diferencia que existan entre él y tú, así no compartas su
misma manera de pensar, vestir, actuar, posición o criterio religioso. Dios nos
llamó a ser luz, a ser hacedores de amor y repartidores de este también. Has
todo lo que tengas que hacer hoy mientras tus seres amados tienen vida, no
importa cuando lejos o cerca estén, el detalle es lo que cuenta. Usa tus
mejores palabras de amor, tus mejores gestos de cuidado y tus mejores risas
para llenarlos de seguridad a tu alrededor. Comprende que hay un tiempo limitado
en cada uno, un propósito y cuando este se cumple no hay retorno. Dios te dio
la vida para que la compartas pese a todo, para que des lo mejor de ti en todo
tiempo, con sus pruebas y malos ratos Dios quiere que aprendas a ser humilde y reconozcas
el valor de los seres que él te presto en tu entorno familiar. No los olvides, búscalos
y hazlos sentir amados pese a todo, recuerda que lo que tus hijos ven de ti, será
el ejemplo que les des a ellos de cómo te trataran a ti. Lo que das eso recibes
en todo momento, por más duro que se oiga pero es la realidad.
Atentamente,
Tu Amiga Ibeth.
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