Hay un problema muy grande que el ser humano tiene y es que siempre
habla más de sus problemas que de sus triunfos. Cada vez que el humano le pone más
énfasis a las circunstancias de su vida, a los tropiezos en ese transcurso está
dando gloria a lo negativo, está dando fama al enemigo. Hay un dicho que mami
siempre me dice y es," No hables mal de tu rancho aunque este se esté cayendo, siempre ponelo en alto, no le des gusto a los que quieren verte en la desgracia". Existe una enseñanza en esto para cada uno, no te parece? Cuando tú hablas más de
tus problemas estas diciendo: No soy feliz, no espero bien en mí, no creo en la
posibilidad de que haya un cambio, no creo que pueda más, el problema me sigue
y ciento lastima de mí mismo. Si pones siempre en alto lo negativo estas
pidiendo a gritos que te dejen seguir llorando, que te dejen seguir acariciando
el dolor y que te permitan seguir atado al pesimismo. Las victorias llegan a
aquellos que confían en Dios, aquellos que saben que las cosas malas llegan
pero con fines positivos al final, aquellos que siempre dicen yo puedo, soy
fuerte y persistente. Aunque el sol no alumbre siempre la luz resplandece,
siempre hay motivo para dar gracias y decir que bien que tengo vida una vez más.
Has el hábito de hablar bien, has el hábito de no usar palabras negativas, de
no maldecir de ti mismo ni de nadie a tu alrededor. Si no puedes tener solución
para tu propio problema en ese momento se la solución para otro, porque aunque
no lo creas en tus difíciles pruebas siempre aparecerá alguien que te llegara a
alumbrar y aun con problemas te sonreirá.
Hablar de los problemas es una gran adicción,
rompe el hábito y habla de tus alegrías desde hoy!
Feliz y bendecido día
para ti ;)