|
Mi hija y yo |
Hija mía,
mi querida princesa, que hermoso es tenerte en mi vida, eres esa luz que refresca
mi día cuando te veo sonreír. Tu inocencia me llena de tanta paz y a la vez me
lleva a desconfiar de este mundo tan cruel que te toco vivir. Sé que serás
fuerte y la paz resplandecerá por siempre en tu camino, y es porque tu eres luz donde
caminas.
Mi querida
princesa, la vida no es fácil pero el amor todo lo supera, nunca te apartes de
Dios, recuerda con El todo y sin el nada. El mundo puede darte alegrías pero son
pasajeras y al final solo deja dolor y arrepentimiento, pero recuerda todo es
consecuencia de las decisiones que se toman a la ligera. Encontraras a mucha
gente, muchos te amaran, otros solo te criticaran, pero que eso no cambie jamás
el amor tan bello que vive en tu corazón.
Eres
princesa por lo tanto no te expongas al placer de las víboras afuera, si
alguien te quiere que sea por lo que tienes muy dentro, conserva tu frescura y
tus encantos para el príncipe que Dios tiene preparado para ti. No permitas jamás
que un hombre te use, no eres opción de nadie, ni plato de segunda mesa.
Quisiera seguir contigo por siempre pero sé
que es imposible, sé que mis consejos y mi cuidado te harán ser lo que Dios
quiere que seas. Mis oraciones han sido invertidas en el mejor lugar, darán un
resultado excelente, tus hermanos y tú las cosecharan cuando aún este acá o
cuando quizás este donde más deseo estar, con mi buen Padre Celestial.
Gracias por
ser tan tierna, por escucharme y por respetarme, por entenderme aun cuando te
exijo mucho, cuando te vigilo, te pregunto y cuando te regaño por tus equivocaciones.
He cometido faltas contigo, pero créeme ser madre no es tan fácil, pero si es
lo más bello que una mujer puede experimentar, cuando lo seas me entenderás, sé
que serás una gran mamá.
No naciste
con instrucciones pero si con muchas bendiciones, en este transcurso las dos
hemos aprendido mucho, es más contigo me gradué con el grado más alto, pero no
hay mayor grado hija mía que ser llamada tu madre. Te amé, te amo y te amare
por siempre, solo se ejemplo y persevera en la verdad. Dios es tu guía, de El jamás
te apartes. No te sientas nunca sola porque aun cuando todos te abandonen Dios jamás lo hará. Se humilde y sonríe
porque tu sonrisa trae mucha paz. Te amo mi princesa bella.
Atentamente y por siempre, tu madre Ibeth.