Cuidado con el mal que digas y desees
para otro! No sabes acaso que tu boca tiene poder? Cada vez que usas tu boca
para maldecir a otro, con o sin razón estas poniendo sobre ti la maldición.
Dios no te puso en esta tierra para condenar sin compasión a la muerte o la destrucción
a cualquier otro ser humano con defectos y debilidades como tú. Dios te puso en
esta tierra para ser luz, para ser paz, para dar las nuevas de salvación, para
que inundes de amor y de luz este mundo tan oscuro donde muchos por confusión
van a un hoyo de muerte. Si eres verdaderamente un hijo de Dios tu deber es
orar, interceder y con sabiduría corregir. No puedes lastimar, señalar y sobre
todo condenar, se humilde y reconoce que en algún tiempo fuiste tú el que estuvo
abajo, ensuciado y humillado, sin embargo alguien en aquel momento se acercó a
ti y te ayudo. Solo Dios quien es perfecto en su ámbito tiene el derecho a
condenar, a humillar, a destruir pero sin embargo es capaz de regenerar,
reconstruir hacer de lo más sucio algo limpio y convertir lo más vil en lo más
usado para el bien. Tus palabras tienen poder así que úsalas sabiamente,
recuerda hoy puedes creerte martillo dando duro al clavo, pero quizá mañana te
toque a ti ser clavo y pedirás compasión al martillo cuando te esté golpeando.
Feliz y lindo día para ti.
Tu amiga, Ibeth.
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