Cuando haces las cosas con mala intención para causar daño, enojo,
molestia, vergüenza o incomodidad a otra persona, no importa la manera que lo
presentes y como lo disfraces, Dios conoce tu corazón y las intenciones que hay
en él, así que cuidado porque de Dios jamás podrás esconderte.
Es increíble como hay personas que van por
esta tierra con tantos malos deceos para otros, gozan viendo sufrir, se alegran de la desgracia y el dolor que otros están pasando. Es tan inhumano el
pensar que hayan personas capaces de disfrutar tal cosa, se olvidan que
todo al final por causa común o justicia se vuelve contra la misma persona mal
intencionada. No es cosa de karma, simplemente es consecuencia de malas intenciones en un corazón dañado y de un cerebro desequilibrado. Lo que tu desees a otro,
llegara a ti en doble porción, procura desear lo mejor. Recuerda lo que hoy
hagas es consecuencia del mañana. Así que tú decides si recibes factura o bendición
multiplicada.
Atentamente tu Amiga,
Ibeth.
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