En este transcurso de mi vida he visto demasiado, he escuchado mucho, he hablado en cantidad y he palpado lo suficiente como para decir que nada se obtiene de la nada, sin un mínimo esfuerzo.
En mi rutina de
caminata semanal me he dado cuenta que siempre se obtiene mejores resultados
cuando se va mas allá, mas allá de lo que tu fuerza
aguanta, es como si tú cerebro le dices a tu cuerpo, lo siento aún hay más así que
aguanta. Tu mente toma el control de tu cuerpo y aunque la energía a veces se
siente como acabar el resultado más placentero se obtiene después de haber
caminado una milla más. En ingles usan un dicho que dice: No pain, no gain, que
significa: no hay ganancia si no hay dolor. Solo con comprar una membrecía en
un gimnasio no obtienes perdidas de peso, es tu disposición a subirte a las
maquinas, a usarlas continuamente y el alimentarte de una manera
correcta, aun negando tus propios instintos, esto es lo que determinara el cambio físico
que necesitas.
Es necesario avanzar con la firme decisión de que el cambio lo das tu, no hay ninguna píldora, faja, dieta que obtenga mejor resultado que el esfuerzo alcanzado y la determinación. Claro puedes optar por el camino fácil pero trae riesgos, dinero y la suerte que vuelvas de nuevo a caer en lo mismo y comenzar de nuevo. Nada se obtiene por magia ajena porque la magia está dentro de ti, Dios la puso ahí para que hicieras uso de ella, y no te preocupes esa puedes reusarla cuantas veces quieras porque entre más la uses más crecerás y avanzaras.
Es necesario avanzar con la firme decisión de que el cambio lo das tu, no hay ninguna píldora, faja, dieta que obtenga mejor resultado que el esfuerzo alcanzado y la determinación. Claro puedes optar por el camino fácil pero trae riesgos, dinero y la suerte que vuelvas de nuevo a caer en lo mismo y comenzar de nuevo. Nada se obtiene por magia ajena porque la magia está dentro de ti, Dios la puso ahí para que hicieras uso de ella, y no te preocupes esa puedes reusarla cuantas veces quieras porque entre más la uses más crecerás y avanzaras.
Por: Ibeth Herwing-Alesio
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